Director Ejecutivo


El pasado sábado, Nicolás Maduro mantuvo a casi todos los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) con el fin de asegurar su estadía en la presidencia de Venezuela. En ese sentido, Maduro colocó nuevos comandantes en los componentes de la Armada y la Aviación: almirante Giuseppe Alessandrello Cimadevilla y mayor general Pedro Juliac, respectivamente, porque fue en esos dos componentes (Unidad de Operaciones Especiales) que inteligencia militar detectó la preparación de una acción para enfrentar o desconocer la legitimidad de origen de Maduro, después de las elecciones presidenciales del 20 de mayo.

La ratificación de Vladimir Padrino López en el Ministerio de la Defensa -único oficial activo de la promoción 1984-; del mayor general Jesús Suárez Chourio como comandante del Ejército; del mayor general Richard López al frente de la Guardia Nacional Bolivariana; del mayor general Carlos Leal Tellería como cabeza de la Milicia; del almirante Remigio Ceballos como jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (CEO-FANB) y del mayor general José Adelino Ornelas Ferreira como jefe del Estado Mayor del CEO-FANB, causaría descontento en la promoción 1987, General de Brigada “Tomas Montilla Padrón”, porque trunca la progresión profesional de los integrantes, por lo que Maduro tuvo que entregar la presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) a Diosdado Cabello Rondón -segundo de la promoción militar 1987- para controlar cualquier molestia dentro de la generación “Montilla Padrón”, que hoy manda en la FANB.

Además, Maduro incrementó en 52 por ciento la cantidad de salarios mínimos del escalafón de la FANB con respecto a enero de este año, -para que los oficiales pudiesen sobrellevar la hiperinflación que está asfixiando a la mayoría de los venezolanos- estableciendo una desigualdad abismal entre los asalariados del sector público. La brecha entre un profesional universitario PIII grado VII (máximo nivel en la administración publica) y un coronel con 4 años de antigüedad es 2.000 por ciento.

Maduro con esta medida busca comprar la lealtad de los uniformados a un régimen que no se sostiene por sí mismo, porque el día a día de los venezolanos es muy difícil, en cuanto a la comida, medicinas y los servicios públicos.

Maduro y su régimen saben que necesitan asegurar los factores de la represión para seguir en el poder, porque más temprano que tarde el país hará implosión y la lealtad a la dictadura estará en juego.

Por ahora, Maduro logró negociar con Cabello Moros la calma en los cuarteles, con la condición de que la promoción de 1987 acepta el “statu quo” de la Fuerza Armada. Para el madurismo tener a Diosdado Cabello hasta 2019 como líder del poder constituyente (supranacional) es riesgoso, por lo que el nuevo presidente de la ANC tiene fecha de caducidad. Lo que indica que su función terminará una vez aprobada la reforma constitucional este año.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo en abril que “la información que yo tengo es que entre esos artículos (de la planeada reforma constitucional) está por ejemplo abolir el sufragio universal y establecer un sistema muy parecido al de Cuba, en que las elecciones son una especie de elecciones corporativas. También tengo entendido que van a establecer una serie de modificaciones en cómo se define ‘Traición a la Patria’ (…) para tener más instrumentos supuestamente legales para poder reprimir a la población”.

Maduro busca con Cabello navegar la crisis de gobernabilidad y social en Venezuela, sofocando el “ruido de sables” y la protesta social. Para lo último, necesita pasar el referéndum constitucional.