Todavía vivimos en la larga sombra de una guerra civil que comenzó hace un siglo. Inició con el asesinato del Archiduque de Austria Franz Ferdinand por el nacionalista yugoslavo Gavrilo Princip en Sarajevo.
Desde el derribo del avión de Malaysia Airlines, MH17, por los insurgentes apoyados por Moscú en Ucrania hasta la lucha entre israelíes y palestinos en Gaza; Irak; Siria; Afganistán e Irán -las guerras de nuestro tiempo- descienden directamente de lo que ocurrió en el mundo entre 1914-1918. Una época en la que los movimientos étnicos y nacionalistas condujeron a la creación de nuevos estados-nación, especialmente en el Medio Oriente.
El siglo IXX habría terminado en 1914. Con una guerra en la que murieron 16 millones de personas y 24 millones fueron heridas. Convirtiéndose así, en el mayor conflicto que el planeta haya conocido. Fue el fin de un tiempo en la que la seguridad sólo era comparable con la de los tiempos del imperio romano, según el historiador George Kennan (1904-2005).
El siglo XX duraría 75 años. Finalizaría con la caída del muro de Berlín en 1989 y la muerte de la Unión Soviética (producto de la revolución bolchevique de 1917). Los países del boque soviético abandonarían el comunismo y abrazarían la democracia liberal.
Durante esos años del siglo XX, las guerras surgieron como una lucha entre ideologías. Primero entre el comunismo, el fascismo-nazismo y la democracia liberal. Y luego, durante la Guerra Fría las dos grandes superpotencias se enfrentaron entre el comunismo y la democracia liberal. Formándose así, la creencia que había un equilibrio en el poder mundial.
En la Guerra Fría el capitalismo y la democracia liberal se lograron alinear. El gran progreso económico alcanzado en los países del bloque capitalistas hizo posible que las mayorías aceptarán el libre mercado y la propiedad privada como paradigma del progreso. Mientras que en el bloque soviético, en su última década, el nacionalismo se convertiría en una fuerza motriz más fuerte que la ideología.
Francis Fukuyama en su libro El fin de la Historia y el último hombre (1992) lo expresa: "la Historia, como lucha de ideologías, ha terminado, con un mundo final basado en la democracia liberal que se ha impuesto tras el fin de la Guerra Fría".
Un ejemplo, cuando Vladimir Putin llegó al poder en el 2000, señala Fareed Zakaria, estaba decidido a estabilizar Rusia, que se tambaleaba por la crisis de gobernabilidad, el estancamiento y default económico de 1998. Para ello buscó integrarla en un mundo global por lo que quería tener buenas relaciones con Occidente. Solicitándole a Washington la adhesión de Rusia a la Organización Mundial del Comercio, e incluso a la OTAN. Entendía que el progreso de Rusia pasaba por políticas que fortalecerían el libre mercado y la apertura comercial.
Mientras tanto las democracias liberales, durante el surgimiento del nuevo orden (1990 a nuestros días), atravesarían la crisis del aumento de la deuda pública con la consolidación fiscal y un fuerte incremento del endeudamiento del sector privado en la década de 1990. Durante estos años, los desequilibrios en la gran mayoría de las economías de los países desarrollados serían la condición normal. Colocando la legitimidad de la democracia liberal en duda al no poder el Estado intervenir en lo mercados y corregir los resultados en beneficio de los ciudadanos. Por lo que la última crisis del capitalismo financiero del 2008 ha limitado a las instituciones europeas y estadounidenses a intervenir en las cuestiones que no sean económicas. Permitiendo el fortalecimiento de gobiernos semiautoritarios.
Para los que Putin es el modelo a seguir. Ordenó a Rusia, y la hizo a su medida. En su primera administración contó con una economía en auge en la que los precios del petróleo se cuadruplicaron. Con ello, agrega Zakaria que Putin: "Comenzó la creación de un sistema represivo de control político, económico y social para mantener su poder. Cuando se enfrentó a la oposición, sobre todo en las elecciones parlamentarias de 2011, Putin reconoció que necesitaba algo más que el poder electoral para derrotar a sus oponentes. Necesitaba una ideología del poder y comenzó articularla en los discursos, la promulgación de leyes y en el uso del poder ejecutivo para lograr la adhesión a su visión y valores".
Dando origen a lo que Zakaria define como Putinismo. Cuya acción política se basa en:
el nacionalismo,
la religión,
el conservadurismo social,
el capitalismo de Estado, y
la dominación por parte del gobierno de los medios de comunicación.
Hoy, Hungría con Viktor Orban, Turquía con Recep Tayyip Erdogan, en Francia Marine Le Pen, Geert Wilders en los Países Bajos e incluso el británico Nigel Farage admiran abiertamente a Putin y lo que él representa. En América Latina los países Alba mantienen el modelo. Y en 1995, de acuerdo a S. Levitsky y L. Way (Competitive Authoritarianism), en el mundo el 17% de los países tenían regímenes con esta forma de acción política.
El pasado lunes para conmemorar los 100 años de la Gran Guerra los lideres de la Europa democrática expresaron que los fuertes vínculos comerciales no serían suficiente para evitar las guerras. "La historia nos muestra que la integración económica y el comercio, por sí solos, no crean la unidad ... y tampoco impedirán la hostilidad entre los pueblos", dijo el primer ministro de Bélgica Elio Di Rupo frente al imponente monumento a los caídos. "La interdependencia económica no impidió el desastre que hoy conmemoramos".
Un siglo después, la democracia liberal sigue siendo vulnerable al caos, la desgracia y a la miseria. El príncipe William del Reino Unido diría en el acto de conmemoración de los 100 años "Los acontecimientos en Ucrania atestiguan el hecho de que la inestabilidad sigue acechando a nuestro continente".
Por lo que Zakaria diría "si Ucrania finalmente se doblega a Moscú, (Putin) se verá como un ganador. Si, por otra parte, Ucrania tiene éxito fuera de la órbita de Rusia y si la economía rusa sigue debilitándose, Putin podría encontrarse a la cabeza de un petro-Estado siberiano aislado a nivel mundial". Lo que permitiría seguir consolidando el Fin de la Historia.