Elías Jaua, diputado y dirigente fundamental del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), -del ala procubana- declaró antes de ayer, en el programa de Vladimir a la 1 en Globovisión, que la Toma de Caracas por parte de la Oposición fue "positiva" y "respetable". Así mismo, el jefe de la fracción parlamentaria del oficialismo, Héctor Rodríguez, -del ala cubana y protegido de Maduro- declaró al diario Panorama el pasado lunes que "los resultados económicos afectaron la desmovilización del chavismo [el 1S]", y que "el reto [del gobierno de Maduro] es dar una demostración de que podemos encauzar la economía, levantar la producción".
Ese mismo lunes, el vicepresidente de Planificación -en una economía de planificación centralizada-, Ricardo Menéndez, aseguró en una reunión para impulsar la gestión integral del Plan de la Patria Comunal "...salir de [la] guerra económica en el 2017, con una nueva victoria del modelo económico y productivo".
No es la primera vez que el gobierno anuncia una salida airosa ante la supuesta guerra económica. A mediados de diciembre de 2014, Maduro aseguró que el 2015 sería el año de la victoria. "Voy a delegar en (...) los vicepresidentes (...), en los ministros, en el primer trimestre del año [2015], toda la agenda política, toda la agenda de Gobierno, toda la agenda social, y me voy a concentrar las 24 horas del día en el tema de ganar la batalla económica". Además dijo que lo verían recorriendo fábricas, puertos, campos o la frontera del país para "derrotar a la mafia criminal que le ha metido una guerra económica" a Venezuela. "No voy a hacer más nada". "Vamos a convertir el año 2015 en el año del re-despegue productivo".
Ha pasado año y medio desde que Maduro se puso al frente de la gran batalla económica. Los resultados de su supuesta "campaña admirable" son una calamidad. La crisis social-política-económica se ha profundizado.
Según el último estudio de la encuestadora Hinterlaces, la disponibilidad de 42 artículos de primera necesidad en todo el país fue de 41.5% en el mes de agosto. La escasez de carne estuvo en 20%; la harina -para las arepas- fue 75%; pan, jabón de baño y papel higiénico se ubicaron entre 30% y 40%. Además, los sectores más pobres de la sociedad fueron los más afectados por la escasez de bienes.
En cuanto a la inflación, el impuesto de los pobres, los datos oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV) indicaron que el 2015 cerró en 180,9%, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó para el 2016 una inflación de 700% -en su informe semestral de Perspectivas Económicas de abril. Sin embargo, el pasado mes de junio se dispararon las alarmas al registrar el BCV una inflación de 22,3%, porque de mantenerse ese valor mensual la inflación anualizada llegaría a 1000%.
Además, la encuesta de Keller del mes de julio indica que sólo un venezolano de cada diez cree en la narrativa de la guerra económica, mientras que seis de cada diez venezolanos responsabilizan a Maduro y su Gobierno de la actual crisis.
El tal "redespegue productivo" anunciado por Maduro a finales 2014 fue más bien un retroceso de la economía. En el 2015, el producto interno bruto (PIB) decreció 1.81% con respecto al año anterior, pasó de -3,89% en 2014 a -5,7% en el 2015, y este año se estima que la contracción será de -10% [FMI], una caída adicional al PIB del 2015 de 4,3%.
Definitivamente, Maduro no tiene las herramientas para salir de la crisis, cada año es peor su desempeño. No sabe cómo hacer que el país prospere y en consecuencia mejorar el bienestar del pueblo.
En el informe anual del Banco Mundial, Doing Business 2016, Venezuela se ubica entre los cuatro últimos puestos a nivel mundial. Ocupa el lugar 186 de 189 países, indicando que las condiciones para hacer negocios en Venezuela son negativas en relación a la gran mayoría de países.
En términos de la región, el perfil económico de Venezuela dista 24 puntos de la media. Una brecha que muestra a las prácticas para hacer negocios en Venezuela como poco eficientes y efectivas. Por lo tanto, la forma como ha administrado el gobierno de Maduro el país constituye la causa real de la verdadera guerra económica y de la crisis social y económica del país.
Por ello, la idea de "encauzar la economía, levantar la producción" propuesta por el jefe de la fracción parlamentaria del PSUV debe contemplar la separación de la presidencia de Maduro. Porque en tres años ha demostrado que Venezuela le ha quedado grande. De otra manera, el resultado de tierra arrasada observado en el país hasta ahora demandará mayores recursos financieros y humanos para alcanzar el perfil de una economía de primer nivel en el siglo XXI.