Con mi amigo Napoleón Bravo hice un programa –propuesto por él– para evaluar los tres aciertos y tres errores más importantes cometidos por el gobierno interino de Venezuela, la narcotiranía de Nicolás Maduro y la administración de Donald Trump durante el período enero 2017 - noviembre 2020. Fue un ejercicio arduo porque había que tomar en cuenta cómo cada acción influía en el objetivo perseguido por cada estructura de poder. El interinato busca el cese de la usurpación presidencial, Maduro intenta mantener el poder a costa de lo que sea y Trump, la transición a la democracia en Venezuela. Además, los aciertos y errores son determinados desde la perspectiva externa, desde Washington, DC., utilizando el principio de Pareto. Es decir, que los tres aciertos y errores generan 80% de las consecuencias de alcanzar o no lograr el objetivo.
Los tres errores del interinato considerados fueron: la falta de una estrategia inclusiva para los distintos sectores opuestos a la narcotiranía, que va desde los grupos/dirigentes chavistas, la Fuerza Armada Nacional, la oposición funcional integrada por la actual Alianza Democrática, los partidos que integran el presente Parlamento, la sociedad civil y la Iglesia, entre otros. El Frente Amplio Venezuela Libre surgido en 2018 logró integrar por un momento las fuerzas contrarias a Maduro durante ese año. Sin embargo, se diluyó en 2019, cuando se constituyó el gobierno interino encabezado por Juan Guaidó que tuvo el reconocimiento de más de 50 países. A partir de ese momento fue más evidente la fractura dentro de la oposición venezolana. El otro error está asociado a la falta de una visión compartida por todos los factores políticos antimaduristas para restituir la democracia en Venezuela. El llamado mantra de Guaidó –cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres– se convirtió en una camisa de fuerza para incorporar a otros actores y movimientos políticos que creían que primero era alcanzar un gobierno de transición para luego ir a unas elecciones libres con Maduro en el poder. Y el tercero tiene que ver con la desorganización que existe entre los partidos que integran el G4 al momento de interactuar con el gobierno de Trump, lo que ha generado incertidumbre en los aliados internacionales.
Los tres aciertos del interinato seleccionados fueron: la protección de Citgo, porque es el activo que permitirá una mejor recuperación del sector energético venezolano. Citgo sería el vehículo para colocar los productos refinados que requiere el país, como la gasolina y la nafta; así como una gran cantidad de los crudos venezolanos, debido a la mala calificación de riesgo de la estatal –la actividad petrolera seguirá siendo importante para el país, con o sin Pdvsa–. Si Citgo siguiese en poder de la narcotiranía estuviese ya en otras manos por la demanda de Crystallex y de los tenedores de los bonos de Pdvsa. El segundo acierto ha sido el pago a los Héroes de la Salud, aunque ha sido recientemente, porque muestra capacidad de gestión ante el país a través de los trabajadores de la salud que atienden la pandemia por covid-19. Y, el tercero es el reconocimiento que obtuvo como gobierno interino por 59 países, lo que aisló a la narcotiranía por primera vez –desde que Hugo Chávez asumió el poder no había sucedido–.
Los tres errores de la narcotiranía de Maduro han comprometido su estabilidad en el poder. El primero es la reelección presidencial de 2018 sin la participación de la oposición (AD, PJ y VP), obligándolos a relegitimarse después de haberlo hecho el año anterior. El segundo fue el uso del diálogo para ganar tiempo y desgastar la oposición, con lo que perdió el apoyo del Papa al no cumplir con los acuerdos alcanzados en enero de 2017. Y el tercero fue asumir que la fidelidad a Wall Street –cancelando los pagos de los bonos religiosamente– evitaría la presión por parte de Estados Unidos. Jamás pensó que el gobierno de Trump utilizaría la política de máxima presión, lo que estranguló los ingresos necesarios para mantener el aparato que lo sostiene.
Los tres aciertos de la narcotiranía consisten en el uso de la infraestructura de la organización criminal para sobrevivir a las sanciones económicas y secundarias impuestas por Trump. Los recursos provenientes del contrabando del oro, el coltán, el combustible, el narcotráfico, entre otros, han permitido sostener la maquinaria represiva que mantiene a Maduro en el poder. El segundo acierto es el establecimiento y fortalecimiento de la relación con Turquía e Irán ante el aislamiento internacional (59 países). Y, por último, la importación de gasolina ante la caída de la producción interna y las sanciones estadounidenses a Pdvsa y las empresas asociadas comercialmente. La escasez de combustible estuvo a punto de encender el país. Un acierto presente de la tiranía es el control social de la población, cada vez mayor.
Los tres errores del gobierno de Trump corresponden a mucho garrote y poca zanahoria. Han sido sancionadas 152 personas y 75 empresas. El excesivo uso del garrote se ha convertido en un elemento de unión por parte de los delincuentes, lo que ha fortalecido la estructura de apoyo a Maduro. Otro error fue la excesiva confianza en los dirigentes del G4 para lograr la participación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en las acciones de Cúcuta en febrero y de La Carlota, Caracas, en abril de 2019. Quedó en evidencia entonces la falta de competencia por parte de Leopoldo López y Juan Guaidó para conseguirlo. El tercer error es la unión indisoluble con Guaidó, porque excluyó a otros sectores del G4 necesarios para el restablecimiento de la democracia en Venezuela.
Los tres aciertos de Trump y su equipo fueron los siguientes: el marco para la transición democrática de Venezuela que permite delinear una salida a la crisis a pesar de que tanto Maduro como Guaidó la dejaron en el congelador. En segundo lugar, la caracterización de la narcotiranía como un Estado criminal. Acusar a Maduro y su pandilla como narcoterroristas y ponerle precio a su captura ha permitido entender la verdadera naturaleza de lo que la oposición y la comunidad internacional enfrentan. Y el tercer acierto fue la operación contra el narcotráfico en el Caribe. Es una acción militar que cuenta con el apoyo de 22 países. Una fuerza multinacional para cortarle los flujos provenientes del narcotráfico y estar presto para cualquier operación especial necesaria si fuese el caso.
Definitivamente, Maduro sigue en el poder a pesar de sus errores y aciertos, así como los del interinato y los de Trump. El desgaste de estos cuatro años lo ha debilitado. Lo que lo coloca en desventaja ante un nuevo gobierno estadounidense.