La narrativa de que Venezuela es un país rico con las mayores reservas de petróleo del mundo sólo sirve para alimentar el inconsciente colectivo del mito El Dorado. Luego de 15 años de las distintas ofensivas o políticas económicas aplicadas por los Gobiernos de Chávez y Maduro han dado origen a que los dos últimos años la balanza comercial del país presente un déficit de 12.147 millones de dólares en el 2013 y 10.511 millones de dólares en el 2012. Los ingresos reales por exportaciones no satisfacieron las necesidades de las importaciones.
Según las cifras del Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería, la producción promedio día para el año 2013 fue 2,853 millones; en el 2012 se ubicó 2,914 millones y en el 2011 alcanzó 2,894 millones. Para esos períodos la Administración de Información de Energía de los Estaos Unidos (EIA) reporta que Venezuela exportó a este país en el 2013 un promedio día de 712 mil barriles; el 2012 envío 874 mil barriles y en el 2011 despachó 919 mil barriles. Una caída acumulada diaria de 207 mil barriles (2011-13) con un impacto económico en el 2014 de 7.381 millones de dólares a los precios actuales de la cesta venezolana.
La aritmética de los volúmenes de exportación de petróleo determina que la producción promedio diaria de Venezuela estuvo en el orden de 2.386 millones de barriles para el 2013 y 2.349 millones de barriles para el 2012, 500 mil barriles menos a los que indica el Gobierno. Adicionalmente, todo lo que PDVSA exporta no entra en caja, constante y sonante, debido a las distintas formas de cancelación que hoy tienen los clientes. Van desde el cobro por parte del deudor de los préstamos otorgados al país y a la empresa estatal, hasta cuotas por el financiamiento de la factura por parte de PDVSA, que además, en algunos casos cancelan con productos y servicios prestados.
La afirmación de Maduro antier que "el petróleo va a seguir siendo un motor de la economía, pero que ahora va a estar acompañado de otros sectores económicos", se debe a que dicho motor está pasando aceite y no da más.
El impacto también se observa en las reservas internacionales totales. Han venido cayendo aceleradamente los últimos dos años. Ubicándose un 23% por debajo del nivel óptimo definido por el Banco Central en 26.850 millones de dólares en el 2012. Las reservas líquidas para uso inmediato estarían en 603 millones de dólares la semana pasada, porque el oro es la garantía para las compras y préstamos a Rusia, China y Brasil, y los papeles (derechos especiales de giro y otros títulos) de países Argentina, Nicaragua y Bolivia no podrían tranzarse porque produciría una perdida para el Estado e incurriría en delito de salvaguarda.
Once años después del control de cambio, las reservas regresaron de nuevo al nivel critico que originó dicha medida. Durante el período 2003-13 la Comisión de Administración de Divisas o Cadivi, ha liquidado 489.214 millones de dólares para cubrir 419.075 millones de dólares en importaciones. Un monto equivalente a las reservas internacionales conjuntas de Brasil, Argentina y Perú y 150 mil millones más que las reservas del resto de los países de Suramérica excluyendo a Brasil.
Un control que ha permitido una fuga de divisas que bajo diversos modos se ha traducido en acumulación de activos en moneda extranjera. "Entre 2003 y 2011, hubo en conjunto una liquidación de 74.913 millones de dólares cuya finalidad se desconoce y que bien podrían haber engordado fortunas basadas en la corrupción". Mientras que para los años 2012 y 2013 –momento en que el país no obtiene las divisas suficientes por ingresos petroleros- "Cadivi se quedó corta en su liquidación de divisas respecto al coste de las importaciones, produciéndose un déficit conjunto de 4.774 millones de dólares".
La escasez de los productos básicos (60%), inflación (75%) y estancamiento de la economía (-0.5% PIB) son una situación -diciembre 2014- que ya no es sostenible para Maduro y Rafael Ramírez, vicepresidente del área económica.
La solución de la falla del motor fundamental de la economía es estructural, y requiere un overhaul completo que permita crear las bases de una economía próspera, en la cual la creación de valor económico con justicia social sea el principio guía en la toma de decisiones de la Administración. De lo contrario la falla en el motor petrolero (divisas) continuaría pasando aceite y al final el país atravesará por la coyuntura económica conocida como estanflación que con la actual crisis de gobernabilidad conducirían a un quiebre social.