Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., concluyó que "Venezuela se encamina a días muy difíciles". Una vez finalizada la visita esta semana a Caracas, para conocer de primera mano la situación política-económica-social del país.
El deterioro de la realidad económica se acentúo en el 2012 cuando el gobierno continuo ingiriendo cantidades de bolívares sin el respaldo de la producción nacional de bienes y/o reservas internacionales. El "hambre" monetaria, producto de la corrupción-populismo, generó una adicción del gobierno a la maquina de hacer billetes del Banco Central (BCV) que lo llevó a romper la dieta monetaria.
El descontrol de la dieta ha producido un incremento del índice de precios al consumidor (IPC), a pesar de que el Gobierno ha fijado el precio del dólar y controlado sus niveles (dólar CENCOEX Cadivi, Sicad y Simadi) desde el 2003.
Un desorden monetario que ha generado un sistema de recompensas similar al que produce la dopamina. Vital para seguir disparando en el régimen el deseo de continuar ingiriendo más bolívares.
La máxima expresión a esta adicción la posee la Administración de Nicolás Maduro. Desde abril 2013 ha incorporado al sistema financiero venezolano 231% de grasa monetaria (1.650.778.224.000 bolívares). Así mismo, Maduro ha destruido el colesterol del bueno (reservas internacionales). Sobre todo durante los últimos cinco meses cuando ha quemado 38% de estas reservas ($9.974 millones).
En cuanto al mercado de divisas, el precio del dólar en la frontera con Colombia -dólar contrabando- se dispara. El bolívar se devalúa 1.518% desde el arribo de Maduro a la presidencia -501 bolívares por dólar.
Los otros tres tipos de cambios se reducen al extremo y dejan de ser referencia para fijar los precios de los productos y servicios. A pesar de la ley de precios justos del 2011 (Gaceta Oficial N° 39.715).
El resultado de la adicción a consumir vorazmente bolívares, controlar la divisa estadunidense y jugar con el dólar de contrabando es una hiperinflación y una galopante escasez de bienes y servicios.
A medida que avance el tiempo, esta dieta alta en grasa saturadas (liquidez monetaria) aumenta el riesgo de infartar la economía. Por ahora, la Administración de Maduro consume (venta o titularización) activos (oro monetario, Derecho de Giro Especiales, facturas de petróleo entre otros) para obtener dólares. Y, recorta las importaciones antes que hacer los ajustes en el mercado de divisas. Lo que fortalece el escenario de variación continua de precios al consumidor con un mercado negro de productos (bachaqueo).
El hecho de que Maduro hace el ajuste a través de restricciones cuantitativas (QR) en lugar de un ajuste de precios aumenta el costo del bienestar social, genera la actual crisis humanitaria y fabrica miseria.
En lo político, el senador Bob Corker observó que el régimen de Maduro no respeta los derechos humanos y el Estado de Derecho.
Maduro ha dejado de escuchar las voces distintas a la del caudillo de la revolución bolivariana. Presenta un cuadro clínico de otitis crónica. Por esa razón, el pasado 7 de junio suspendió la visita a Roma para reunirse con el Papa Francisco. Ese día, también, rechazó de forma virulenta la visita de Felipe González a Caracas. Y, esta semana no recibe al senador Corker.
No quiere escuchar el llamado de la "liberación de los presos políticos, el respeto a los derechos de participación social y de libertad de expresión y la celebración de elecciones justas y transparentes".
Por todo esto y algo más, el experimentado político estadunidense Bob Corker ultimó "Venezuela se encamina a días muy difíciles".
Hasta cuando Maduro podrá sostener el actual curso de acción porque la economía tiene signos de infarto y en lo político hay sordera. Las escrituras muestran que "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora". (Eclesiastés 3:1)