Jorge Giordani, Ministro de Planificación y Finanzas, expuso ante la Asamblea Nacional en Octubre 2012 que el Gobierno en los últimos 9 años había "destinado hasta ahora más de 500 mil millones de dólares en inversión social", y precisó: "el desarrollo social es la base, el suelo de todos y cada uno de los proyectos de Ley Especial de Endeudamiento y Ley de Presupuesto para el Ejercicio Fiscal, así como para el Plan Operativo Anual".
De igual forma, destacó que "el Gobierno mejoró las condiciones de vida de los venezolanos, a través de los programas sociales, como lo son las misiones, y de la distribución de los recursos para la diversificación de la economía"..."se había hecho el esfuerzo de transformar un modelo rentista a un modelo de diversificación y masificación, basado en la lógica del trabajo".
Fue una década en la cual el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, ajustado por la paridad del poder adquisitivo, (PPA) logró un incremento acumulado del 22%. Comparable con lo ocurrido en el período de los años 70. Venezuela vivía, otra vez, una bonanza por el incremento de los precios petroleros.
Este nuevo crecimiento en el PIB per cápita (PPA) (2003-12) no necesariamente se tradujo en progreso social. El progreso social es definido como la capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades básicas de sus habitantes; establecer los elementos básicos que permitan a los ciudadanos y las comunidades mejorar y mantener la calidad de vida y crear las condiciones para que todas las personas alcancen su máximo potencial.
Michael E. Porter, profesor de la Universidad de Harvard Business School, ha venido trabajando con un equipo multidisciplinario desde hace más de 2 años en el índice para evaluar el progreso social, independiente del desarrollo económico. El pasado 15 de abril presentó los resultados del Índice de Progreso Social (IPS) 2014 conseguidos por 132 países.
Este índice tiene como objetivo satisfacer la necesidad apremiante de crear un marco de medición integral y confiable para el desempeño social y ambiental del Gobierno, a través de 3 dimensiones: las necesidades humanas básicas, los fundamentos del bienestar y la disponibilidad de oportunidades.
El profesor Porter, además, señaló: "Hasta ahora, se ha asumido que existe una relación directa entre el crecimiento económico y el bienestar. Sin embargo, el IPS determina que todo el crecimiento económico no es igual. A un alto PIB per cápita se admite una correlación positiva con el progreso social, sin embargo la conexión está lejos de ser automática. Para niveles similares de PIB, encontramos con que algunos países alcanzan niveles mucho más altos de progreso social que en otros".
Es el caso de Venezuela que ocupa la posición 14 de 20 en las Américas y 67 de 132 en la clasificación mundial, con 63.78 puntos de 100.
Los tres primeros países a nivel mundial son: Nueva Zelanda, Suiza e Islandia con 88,24, 88,19 y 88,07 respectivamente y en las Américas lo conforman Canadá, Estados Unidos y Costa Rica.
En las Américas, el IPS indica que en países con un PIB per cápita (PPA) similar, entre 10 mil y 15 mil dólares, Venezuela ocupa el último lugar. Así mismo ocurre al compararlo con Ecuador (8.392 dólares), Colombia (9.124 dólares), Perú (9.425 dólares) y El Salvador (6.093 dólares) que tienen un nivel menor de PIB per cápita.
La evaluación comparativa con los países equivalentes en PIB per cápita, muestra a Venezuela con una diferencia por debajo importante en las dimensiones de Oportunidades y Necesidades Básicas Humanas. En cuanto a la dimensión Fundamentos del Bienestar logra un resultado similar al del resto de los países.
El IPS utiliza 54 indicadores que miden los resultados que son importantes para la vida de la gente (la esperanza de vida, la alfabetización, tolerancia e inclusión, el índice de libertad de prensa y la libertad de elección personal, entre otros) en lugar del gasto o esfuerzo (presupuesto ejecutado en Misiones o la cantidad de leyes aprobadas por el gobierno).
Del total de indicadores, Venezuela en 17 obtiene una calificación baja, con un desempeño débil. La mitad de estos indicadores corresponden a la solución de necesidades esenciales de las personas y seis afectan a las oportunidades del ciudadano para desarrollar su máximo potencial. Mientras que tres tocan la formación individual.
Por lo tanto, la afirmación de Giordani de haber realizado el desembolso de 500.000.000.000 dólares para programas sociales demuestra tener un impacto muy sutil en 2 dimensiones del progreso social: Necesidades Humanas Básicas y Oportunidades.
Así mismo, la transformación del modelo de país no se ha logrado. De acuerdo a los resultados del IPS, más bien, se ha retrocedido a un estado social en el que se ha deteriorado los derechos políticos, la libertad de expresión, la propiedad privada, la infraestructura de servicios (agua, electricidad, viabilidad), la seguridad, la urbanidad, la escolaridad, la salud e higiene. Y se ha acentuado la ineficiencia y la corrupción.
En Venezuela, durante las Administraciones de Chávez III - Maduro, el crecimiento del PIB per cápita (PPA) no ha apalancado el desarrollo social, porque la inversión social se esfuma.