El pasado 10 de noviembre el Foro Económico Mundial (FEM) presentó en Dubái las 10 tendencias para el 2015, de acuerdo con el informe Panorama sobre la Agenda Global (4ta. edición). En el encuentro, de tres días, se mostró una visión integral del mundo de hoy, así como un análisis de cómo los expertos -una comunidad de más de 1.500 expertos mundiales- esperan que estas tendencias se desarrollen en los próximos 12-18 meses.
Encabeza la lista el eje económico con dos tendencias: el incremento en la desigualdad de los ingresos (1º) y el crecimiento constante del desempleo (2º). "En los países desarrollados y en desarrollo, la mitad más pobre de la población a menudo obtiene menos de $2 por día".
En Venezuela, especialmente, los sectores sociales débiles y los jóvenes excluidos de la participación en los procesos productivos y sociales son marginados, lo que debilita la cohesión social y la seguridad.
La globalización de los mercados exige que la economía del país sea inclusiva. En la que hombres y mujeres tengan acceso: a un empleo decente, a servicios financieros, una buena infraestructura y protección social. Según la encuesta de Global Agenda 2014, Asia (25%) sería la región que se verá más afectadas por la profundización de la desigualdad de ingresos el próximo año, seguida por las Américas (18%).
El informe propone que las tres mejores soluciones para atacar la desigualdad en Latinoamérica son: el mejoramiento de la educación, la política tributaria y la política de bienestar social. La agenda política se mueve de reducir la pobreza a erradicarla. Hasta ahora los esfuerzos han sido para reducirla.
La segunda tendencia (crecimiento sin empleo constante) se refiere al fenómeno que está sucediendo hoy, en el cual las economías salen de las recesiones mientras sólo mantiene -o, en algunos casos, hasta disminuye- el nivel de empleo.
En Venezuela, el modelo se basa en el incremento sostenido de la demanda a través del re-direccionamiento en el reparto de la renta petrolera, mediante sucesivos aumentos salariales. Sin que este esté acompañado por aumentos proporcionales de la producción nacional, generando un sector productivo privado frágil. Según el Grupo del Banco Mundial, Venezuela en la clasificación de las economía de la Región para hacer negocios (Doing Business) ocupa el último lugar.
El FEM plantea que para cambiar la tendencia del crecimiento constante del desempleo en Latinoamérica es necesario mejorar la educación -resaltando en el pensum lo que la automatización de los procesos productivos y servicios no pueden hacer como son: la colaboración, la innovación y el liderazgo-, fomentar la innovación y crear las condiciones para la generación de empleo a través de rehabilitar y construir la infraestructura de los países.
Las tendencias la falta de liderazgo (3º) y el debilitamiento de la democracia (5º) sugieren una desconexión entre el ciudadano y las autoridades que los gobiernan. La crisis de liderazgo global es una tendencia que atraviesa todas las demás, y está aumentando de forma acelerada. El riesgo es que en lugar de transformarse e integrarse para hacer frente a los retos sociales y económicos, las naciones y los líderes están en retirada, aislándose. Agravado aún más por la retórica nacionalista y una reversión de los viejos paradigmas del juego de poder geopolítico del siglo pasado. Los encuestados identificaron varias características del nuevo liderazgo, como son: una perspectiva global e interdisciplinaria; un enfoque pragmático a la planificación de largo plazo; fuertes habilidades de comunicación; superponer la justicia social y el bienestar al crecimiento económico; la transparencia, la empatía; el coraje; la moral; y la colaboración natural.
En el caso de Venezuela el liderazgo del gobierno de Maduro está cuestionado por la corrupción y legitimidad. En el Índice de Percepción de la Corrupción 2013, Venezuela alcanza el penúltimo lugar en Latinoamérica. Según el FEM, la relación gobierno-ciudadano debe cambiar, al dejar de ser el gobierno el centro de todo, por una relación basada en el ciudadano como parte de la solución.
Dos retos que no habían aparecido desde el lanzamiento de Panorama sobre la Agenda Global en 2010 son el aumento de la competencia geoestratégica (4º) y la intensificación del nacionalismo (8º). Esto propone un aumento en la fragmentación de las políticas internacionales y una reacción contra la globalización. Existe un patrón persistente de la competencia a todo los niveles (multidimensional) con un debilitamiento de relaciones ya establecidas. Una tendencia que avanza e impacta a múltiples sectores y situaciones. En este fluir -un orden mundial impreciso-, se debe manejar los desafíos tanto asimétricos y simétricos entre sí. Las propuestas para contener la fragmentación son las asociaciones y cooperación, tomar conciencia de la situación y la formación de ciudadanos.
No obstante, los cambios que enfrentan los partidos políticos no se limitan sólo a la economía y a la política, sino que también están relacionados al medio ambiente. Los expertos destacan el aumento de la contaminación en el mundo en vías de desarrollo (6º), el aumento de fenómenos meteorológicos graves (7º) y el aumento del estrés hídrico (9º) como inquietudes graves. Todo esto tiene el potencial de infligir inestabilidad social, económica y política en todo el mundo.
La última de las 10 tendencias es una oportunidad y un reto. La creciente importancia de la salud en la economía es indicativa de un vínculo simbólico entre una población y una economía saludables. También resalta las dificultades a las que muchos sistemas de salud se enfrentan para poder adaptarse al cambio demográfico, al aumento de las enfermedades no contagiosas, así como a la más amplia amenaza de pandemias y otras brotes de enfermedades infecciosas. No obstante, también representa una oportunidad para los líderes, ya que la tecnología abre posibilidades para proporcionar una mejor atención médica de costo más efectivo, lo cual por consiguiente podría dar paso a un crecimiento económico sustentable y a una mayor prosperidad.
"Nunca antes la necesidad de encontrar nuevas soluciones a problemas compartidos ha sido tan clara" (Espen Barth Eide). Los retos de la actualidad son de naturaleza íntimamente relacionada y de una urgencia crítica. Y, estos sólo podrán abordarse por medio de un mejor entendimiento y de una fuerte cooperación de todas las partes interesadas en mantener los valores de libertad, justicia, fraternidad y paz.