Después de 18 años de los gobiernos de Maduro-Chávez, Venezuela ocupa los últimos lugares en los índices de referencia internacional, mostrando la destrucción del sistema político-económico-social del país.
En el Índice de Competitividad Global 2016-2017, Venezuela alcanzó el lugar 130 entre los 138 países medidos por el Foro Económico Mundial (FEM), y el último puesto entre las economías evaluadas de América Latina y el Caribe. Según el FEM, los factores que más afectan para hacer negocios en Venezuela son: el control de cambio -implantado desde el año 2003-; la inflación -la más alta del mundo-; la inestabilidad política -violación de la Carta Interamericana-; la inseguridad (crimen y robos) -la más alta del mundo-; la burocracia; la corrupción; y la inamovilidad laboral -decretada en 2004 y sucesivamente prorrogada, la última vez hasta 2018.
En el Índice de Percepción de la Corrupción 2016, Venezuela obtuvo la posición 166 de 176 gobiernos evaluados por la Organización Transparencia Internacional, y en la Región ocupó el último lugar -sigue siendo el país más corrupto de Latinoamérica. De acuerdo a este resultado, el gobierno venezolano está plagado de instituciones y empresas públicas poco fiables y cuenta con un poder judicial débil, subordinado al poder ejecutivo. Basta recordar las investigaciones que llevan a cabo los fiscales en EE.UU sobre la corrupción en la estatal petrolera venezolana, PDVSA, y el bloqueo por parte del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela para que la Asamblea Nacional venezolana no investigue a Rafael Ramírez, expresidente del PDVSA, por el delito de corrupción.
En el Índice de Prosperidad 2016, Venezuela clasificó en el puesto 121 entre 139 países. Según las mediciones realizadas durante 10 años por el Instituto Legatum, Venezuela ha conseguido a nivel mundial la mayor caída en este Índice. Además, el desempeño del país bolivariano en las Américas es el peor, ubicándose en el último lugar. Desde el 2007, en el subíndice de Calidad Económica ha caído 20%. El Instituto Legatum establece la causa raíz de la grave crisis que atraviesa Venezuela en la gobernanza, en la cual el país está colocado entre los últimos cuatro puestos del ranking mundial.
En el Índice de Miseria 2016 Venezuela encabeza la lista, siendo su tercer año consecutivo como el país más miserable. El profesor Steve Hanke, autor del índice modificado señala que es una guía para evaluar de manera rápida y sencilla el desempeño de una economía. En el caso de Venezuela, la alta inflación es la causa fundamental para tener la economía más arruinada a nivel mundial.
Cuando estos índices, que miden el desempeño de los gobiernos en 130 países o más, excepto en el Índice de Miseria, que sólo incluye las peores 59 economías de mundo, son evaluados con los resultados de las Encuestas sobre Condiciones de Vida en Venezuela (ENCOVI), en el pasado mes de febrero se observa una relación causa efecto.
En cuanto a la pobreza, "los niveles de pobreza de ingreso se mantendrán y seguirá aumentando la pobreza estructural". En alimentación, hay un "cambio brusco en el patrón de alimentación, hortalizas y tubérculos que desplazan a las proteínas de alto valor biológico". Además, "se acentúa la desigualdad en la calidad y cantidad de la alimentación (acceso, disponibilidad y seguridad muy comprometida)". Y "aproximadamente 9,6 millones de venezolanos ingieren dos o menos comidas al día". En la salud, las condiciones de desprotección a la población regresaron a principios del siglo XX con tendencia a empeorar. En seguridad, el 76% de los fallecidos en 2016 fueron menores de 35 años, y el nivel de violencia ha autoimpuesto una especie de "toque de queda" en la sociedad venezolana.
Los Índices y las encuestas, ENCOVI, exponen que la crisis económica-social en Venezuela es estructural y no de situaciones coyunturales, por lo que el gobierno de Maduro no tiene solución para devolver la prosperidad a Venezuela. Más bien, las medidas que Maduro ha tomado o mantenido en los últimos dos años, 2015 y 2016, han empeorado el resultado en los Índices, ocupando los últimos lugares en la región, y las condiciones de vida en Venezuela. La consecuencia ha sido el deterioro profundo de las instituciones y del tejido social.
Como un ejemplo, el grupo de países que acompañan a Venezuela en los últimos lugares en el Índice de Competitividad son: Liberia, Sierra Leona, Mozambique, Burundi, Chad, Mauritania y Yemen. Todos con condiciones de vida precarias.
De seguir Maduro aplicando las mismas políticas de los últimos 18 años, continuará fortaleciendo la destrucción del país, profundizando el fracaso social, político y económico en Venezuela.