“Al deseo, acompañado de la idea de satisfacerse, se le denomina esperanza; despojado de tal idea, desesperación.” - Thomas Hobbes
La instalación del Comando de Campaña “Venezuela Nuestra del Siglo XXI” el jueves pasado marcó la estrategia de Nicolás Maduro para asegurar su reelección en las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. Con esta estructura, la movilización y la posverdad, Maduro busca remontar la sólida ventaja que tiene actualmente el candidato de las fuerzas democráticas Edmundo González Urrutia.
El comando, lanzado desde el Hotel Humboldt en Caracas, está compuesto por siete equipos de trabajo, cada uno con roles específicos que apuntan a maximizar la eficiencia y el impacto de la campaña electoral. La coordinación central está bajo la dirección de las figuras de la Banda de los Cinco, incluyendo a Cilia Flores, quien liderará la estrategia electoral, y a Jorge Rodríguez Gómez como Coordinador General, dejando a Diosdado Cabello la defensa del voto.
Para reconectar con los sectores populares que apoyaron en el pasado al difunto Comandante eterno, Maduro ha pedido a su comando organizar “miles” de actos de apoyo, destacando la importancia de las movilizaciones populares para construir y multiplicar la fuerza rumbo a la gran movilización del 28 de julio. Estas acciones son vitales para contrarrestar la fuerte caída en su popularidad y enfrentar el desafío presentado por el exdiplomático González Urrutia. Con estas manifestaciones no solo busca generar una percepción de amplio respaldo, sino también intimidar a la oposición y disuadir a su electorado de cualquier intento de votar en su contra.
En este sentido, en sus discursos televisados, Maduro muestra imágenes de las manifestaciones truqueadas para reforzar su narrativa de apoyo popular y legitimidad.
En cuanto a su imagen, la estrategia clave es presentarlo como el defensor de la soberanía venezolana para consolidar su poder y legitimidad. Para ello, usa diversas tácticas y narrativas (posverdad) para lograr este objetivo.
Resistencia y valentía ante presiones externas
Uno de los principales elementos que van a destacar es la resistencia de Maduro frente a las sanciones y presiones impuestas por países como Estados Unidos. Estas medidas, lejos de doblegar al gobierno venezolano, son presentadas como pruebas de la valentía y determinación de Maduro para defender la soberanía nacional. Este discurso resuena fuertemente con una narrativa anti-imperialista que acusa a potencias extranjeras de intentar intervenir en los asuntos internos de Venezuela, un tema históricamente sensible en la región y en las bases identificadas con Chávez.
Liderazgo durante la pandemia de COVID-19
Otro punto crucial es mostrar el liderazgo de Maduro durante la pandemia de COVID-19. A pesar de las enormes dificultades económicas y sanitarias, el régimen bolivariano mantuvo una postura firme e implementó diversas medidas para mitigar el impacto del virus chino. Por lo que Maduro es presentado como un líder capaz de guiar a Venezuela a través de crisis globales, reforzando su imagen de resiliencia y capacidad de gestión frente a adversidades externas.
Narrativa anti-imperialista y medios de comunicación
El uso de la narrativa anti-imperialista es fundamental. Esta estrategia incluye acusar a Estados Unidos y otros países de intentar desestabilizar a su administración. Además, se critica la cobertura mediática internacional, acusándola de estar sesgada y controlada por intereses foráneos que buscan deslegitimar al régimen de Maduro. Esta narrativa no solo fortalece la imagen de Maduro como defensor de la soberanía, sino que también busca generar desconfianza hacia las fuentes de información alternas al de medios nacionales -hegemonía comunicacional- como WhatsApp, Instagram, Facebook TikTok, X/Twitter y YouTube.
Logros de Maduro en seguridad y economía
Resaltar los logros del régimen en áreas como la seguridad pública y la economía es otro pilar de esta estrategia. Atribuir estos logros a la resistencia ante las sanciones y presiones externas buscará construir una imagen de éxito y estabilidad. Contrastar la experiencia y liderazgo de Maduro con la supuesta falta de experiencia de Edmundo González, presentándolo como un títere de los Estados Unidos, para reforzar más su posición.
Defensa de la integridad territorial
Enfatizar la postura firme de Maduro en conflictos territoriales, como el del Esequibo, es esencial para presentarlo como un defensor inquebrantable de la integridad territorial venezolana. La promulgación de la Ley Orgánica para la Defensa del Esequibo y el envío de notas de protesta a organismos internacionales son las acciones que, aunque simbólicas, se usaran para mostrar su compromiso con la soberanía nacional.
Campaña mediática y participación comunitaria
El desarrollo de una campaña mediática sólida usando todos los canales disponibles para difundir el mensaje de Maduro como defensor de la soberanía es parte fundamental de la estrategia. Los eventos y actos públicos resaltan los logros del regimen y la resistencia frente a las sanciones para ampliar el alcance y la credibilidad de los mensaje -por eso rechazo la suspensión de las sanciones de la Union Europea-. Asimismo, involucrar a líderes comunitarios, organizaciones sociales y movimientos populares en la campaña para fortalecer su base de apoyo.
Conclusión
La instalación del comando de campaña “Venezuela Nuestra del Siglo XXI” y las estrategias delineadas por Nicolás Maduro muestran un enfoque de más de lo mismo para asegurar su reelección. Con esta estructura organizativa, un énfasis en la movilización popular y una narrativa de resistencia contra la intervención extranjera, Maduro cree que consolida su poder y enfrenta los desafíos internos y externos.
Nada más lejos de la realidad. El sentimiento de cambio que manifiesta el pueblo venezolano se refleja en la fuerte participación electoral. Ocho de cada diez quieren que la Banda de los Cinco se vaya de Miraflores. Quieren reencontrase con sus seres queridos; tener servicios públicos, gasolina, comida, y salud. Y que se acabe el saqueo a la nación.
Los venezolanos cambiamos y la Banda en Miraflores cree que puede seguir usando esta estrategia para seguir en el poder. Ya no llama la atención. Ni siquiera conversación.
Estamos en presencia de una rebelión ciudadana y el fin de la V República.