La realidad política venezolana presenta matices que suponen racionalidades que permiten al Gobierno sostenerse sobre supuestos del "proceso revolucionario".
Hoy el Tribunal Supremo de Justicia utilizando factores políticos dictamina que "no hay falta temporal ni absoluta y el Gobierno puede seguir en funciones". Es decir, que siga la fiesta y el acto de juramentación del presidente reelecto Hugo Chávez no es imprescindible ya que se
trata de una continuidad del mandato. Se impone la Tesis de la Continuidad que significa que Chávez y sus aliados los Castro son los responsables de la dirección y toma de decisiones.
Ante el fin del periodo constitucional 2007-2013 e inicio del nuevo periodo y no juramentación del Presidente reelecto, Diosdado Cabello como presidente de la Asamblea Legislativa le tocaría asumir el poder ejecutivo y manejar la transición. Lo que ocurre es que no cuenta con la
confianza de los que hoy dirigen y toman la decisión. El elegido por este poder ha sido Nicolás Maduro designado Vice-presidente ejecutivo del periodo constitucional anterior.
Cabello prefiere apartarse de su responsabilidad y esperar un mejor momento, en los próximos 180 días, porque conoce en su interior que "amor con hambre no dura" y ha sufrido el destierro político al enfrentarse al poder de los Castro.
¿Por qué?
Este año 2013 Venezuela continúa con un crecimiento económico incierto debido a la caída de su producción de petróleo, la reducción de exportaciones no petroleras, y la disminución en los niveles de inversión privada.
La situación económica presenta un déficit fiscal entre un 15 al 20% del producto interno bruto (equivalente a US$ 70 mil millones) y un mercado de divisas en el cual el dólar tiene un valor cuatro veces más que el dólar que entrega el Gobierno a la tasa oficial.
Por lo tanto, una devaluación del signo monetario es inevitable lo que generaría una mayor inflación a la actual que es una de las más altas del mundo.
Se acentuará la escasez de productos de primera necesidad al no haber dólares disponibles para pagar las importaciones, estimadas en US$ 50 mil millones.
Continuarán los apagones y cortes del servicio eléctrico en las ciudades del interior. Así como la inseguridad de los ciudadanos.
Se avecina tiempos que requieren un liderazgo que pueda explicar la crisis a los sectores populares porque hasta ahora la ineficiencia del gobierno chavista fue cubierta con los dineros aportados por el petróleo en prestamos e ingresos extraordinarios.
La ausencia de Chávez y su relación mágica religiosa con el pueblo será necesaria para continuar con el "proceso revolucionario".
Maduro será el responsable de la crisis y tendrá que explicar la nueva realidad a las masas corriendo el riesgo de no ser el sucesor elegido por el poder detrás de la sombra.
En ese momento Diosdado Cabello surgirá como la opción para recuperar el estado revolucionario y enfrentar la nueva elección presidencial.