El Wall Street Journal de Nueva York tuvo acceso a un informe -que sería sometido a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en la próxima reunión ordinaria del 5 de junio-, en el cual los precios del petróleo no alcanzarían el valor de $100 por barril durante los próximos diez años. Una situación que ha llevado a varios miembros de la OPEP a considerar el regreso al sistema de cuotas de producción para influir el mercado petrolero.
El informe predice que en el escenario más optimista de la OPEP, los precios del petróleo estarían alrededor de $76 por barril en 2025.
La OPEP ha intentado frenar la caída del 51% del precio del crudo durante los meses de agosto 2014 hasta enero de este año, sin intervenir en el mercado. Una caída que ha sido ocasionada, entre otros, por el aumento de la producción de crudos en las formaciones de esquisto de Estados Unidos.
Este incremento de la producción en Estados Unidos le ha permitido reducir la dependencia de los crudos importados de la OPEP en 37% (4,550 millones de barriles día (MBD) en septiembre 2008 a 2,900 MBD en septiembre 2014).
Cuando los precios del crudo se tornaban volátil, la OPEP había usado la práctica de intervenir en el mercado con un recorte de su producción de petróleo para reducir la oferta petrolera mundial. Y así, subir el precio del barril de petróleo -entre $80 y $100 el crudo marcador de los Estados Unidos (WTI) los últimos seis años, con la excepción del 2009.
Sin embargo, ante la reciente caída del precio – III ciclo de mercado volátil en los últimos 10 años, segundo semestre del 2014-, las Monarquías del Golfo, por primera vez, decidieron inundar el mercado y vender con descuento para retener a los clientes (refinerías). Arabia Saudita dejaba que el mercado -la mano invisible- determinara el precio del crudo.
El objetivo de los sauditas es asegurar a largo plazo la demanda para su petróleo. Así como también, limitar por el alto costo de producción, el uso de la técnica de fracking, a nivel mundial, para el desarrollo de los crudos y gas de las formaciones de esquito.
Al reino Saudita le ocupa que el cambio climático y los altos precios del crudo continúe impulsando la eficiencia energética, las energías renovables, y el uso de combustibles alternativos como el gas natural, especialmente en los mercados emergentes con los que cuenta para aumentar su producción. El reino saudí reconoce la tendencia mundial por reducir la emisiones de carbón (la Cumbre de París 2015) y la dependencia de los combustibles fósiles. Una amenaza para el Producto Interno Bruto (PIB) de los países exportadores de petróleo porque la demanda de crudos llegará a su máximo mucho antes al de la oferta.
Si el crecimiento del consumo de petróleo se aplana muy pronto, el impacto para los países miembros de la OPEP es fundamental –en el caso de Arabia Saudita, entre otros, las exportaciones de petróleo representan casi la mitad de su PIB, y para Venezuela el 95% de las exportaciones y 96% de los dólares que ingresan al Gobierno.
Hoy el argumento dentro de las Monarquías del Golfo es la seguridad de la demanda, con la tesis de que podrían estar acelerando el pico de la demanda de crudos con precios por encima de $100 el barril. Antes de que los precios de petróleo cayeran el año pasado, el escenario en el cual la demanda máxima mundial se alcanzaba era en el 2025. Con precios de petróleo en el orden de $60 a $70 por barril, la demanda pico se postergaría en por lo menos cinco años.
Actualmente, las economías son cada vez más eficiente y utilizan menos barriles de petróleo para su crecimiento económico. Aunque el consumo de crudo sigue creciendo, se requiere menos petróleo para que la economía mundial progrese.
Por lo tanto, el objetivo de algunos países exportadores de la OPEP de mantener precios de $100 por barril no se vislumbra en los escenarios de los próximos 10 años. Al menos que el conflicto entre sunitas y chiitas comprometa directamente a Irán y Arabia Saudita. De lo contrario el mercado petrolero empieza a encontrar el mejor precio, de $60-$70 el barril para el crudo marcador WTI.
Los gobiernos de los países miembros de la OPEP tendrán que ajustar sus economías a esta nueva realidad. En el caso de Venezuela el ajuste tiene actualmente consecuencias que profundiza la actual crisis humanitaria.
Ante la nueva realidad del precio del petróleo Maduro se aferra a Dios proveerá y la Oposición al estallido social. Las dos conducen a conductas esquizofrénicas, mientras el país se les va de las manos.