Desde la polémica declaración de Leansy Salazar, en la cual señaló que su inmediato superior "encabezaba el cartel de droga conocido como Los Soles", Diosdado Cabello ha buscado demostrar ser un hombre de bien y buena conducta a través de los reconocimientos de la Alcaldía de Caracas el pasado 5 de febrero (Orden Eliézer Otaiza 05-02) y el comunicado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) el 30 de enero -leído y firmado sólo por el Ministro de la Defensa. Sin embargo, tal propósito se diluye con el transcurrir del tiempo. Y, como cualquier líder de una pandilla hace bullying contra los factores de oposición para indicar que el que manda en el Gobierno de Maduro es él.
Lo que pasa por alto Cabello es que Leansy Salazar no fue sembrado por las agencias americanas en el entorno de Chávez, ni en su entorno.
Leansy Salazar es producto de una sociedad venezolana diferente, que se resiste a la forma de cómo Cabello y la reciente nomenclatura del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el madurismo, manejan el país -conseguir que la gran mayoría de los venezolanos tomen decisiones y acciones, aún en contra de su voluntad. Una sociedad a la cual le imponen un ajuste draconiano, que va a agudizar la obtención de los productos básicos alimenticios y medicinales en tiempo y dinero.
El resultado de la acción de Salazar es desarticular a Cabello de ser una opción para encabezar un Gobierno producto de una salida, constitucional, de Nicolás Maduro de la presidencia de Venezuela. Porque la actual situación política-económica-social tiene características muy similares, y en algunas peores, a las circunstancias que provocó la cesación como presidente de Carlos Andrés Pérez (CAPII) en agosto de 1993.
El binomio de Maduro y Cabello (abuso del poder-narcotráfico) recurren a la proyección como un mecanismo de defensa para mantener el poder, y señalan a lideres de la oposición y algunos medios de comunicación de conspirar para dar un coup d'État. A sabiendas que en estos momentos la Oposición es público de galería. El único poder que tiene es el de opinión pública.
De allí, que Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma publicaron la semana pasada un comunicado en el que llaman a los venezolanos a un "Acuerdo Nacional para la Transición" y proponen un programa basado en tres agendas: político-institucional, social y económica para salir de la actual crisis de ingobernabilidad que atraviesa el país.
Sin embargo, el egocentrismo del Gobierno de Maduro y Cabello los lleva a acciones como la reciente reunión por parte del Ejecutivo con las empresas españolas Telefónica, Zara, Repsol, BBVA, Mapfre, Meliá, Iberia y Air Europa, radicadas en Venezuela, para que intercedieran ante la "campaña mediática" contra el país por parte de varios medios de comunicación españoles. Y, le indicaron que si esa campaña no se reducía podría verse obligado a tomar medidas.
Hoy, la comunidad empresarial transnacional con negocios en Venezuela empieza a valorar la opción de declarar el valor de la empresa en casi cero en los libros contabilidad, para evitar que le afecte en el desempeño financiero durante el año.
Operar en Venezuela para estas empresas es difícil porque tienen que ponderar los activos de sus operaciones cada vez que se devalúa la moneda. Las empresas estadunidenses con negocios en Venezuela como Ford Motor Co, PepsiCo, 3M Co y Kimberly-Clark evalúan esta decisión porque al final la pregunta que se hacen es: ¿cuál es el valor de un negocio que no pueden controlar?. Para estos negocios con capital privado foráneo la guerra económica es del gobierno y buscan como proteger el valor de sus acciones en los mercados de capitales.
La represión por parte de Cabello hacia Leopoldo López la noche del jueves pasado, en la que un grupo de hombres armados y encapuchados, encabezados por el coronel Homero Miranda, director de Ramo Verde, violentó su celda y destrozó todo lo que había en el calabozo es la respuesta a la exitosa gira que hizo su esposa, Lilian Tintori, por Londres y Washington D.C a principio de esa semana para obtener el respaldo de Amnistía Internacional, el Secretario General de la OEA y el Vice-Presidente de Estados Unidos para la libertad de su esposo porque es un preso de conciencia.
La represión a los estudiantes que salieron a manifestar pacíficamente el pasado 12 de febrero para conmemorar el día de la juventud, tanto los caídos en la Batalla de la Victoria de 1814 como en las manifestaciones de hace un año, fue una sobrerreacción por parte del Gobierno de Maduro.
Hay testimonios que dicen que el que realmente estuvo tras las muertes de los manifestantes por parte de las fuerzas paramilitares conocidos como los Colectivos el año pasado fue Diosdado Cabello. De allí la amenaza de los mismos hacia él en octubre del año pasado -"Señor presidente @NicolasMaduro si antes del #31O usted no solicita la renuncia d Cabello perderá nuestro total apoyo", Colectivo 5 de Marzo en su cuenta de Twitter.
Como lo señaló The New York Times hace casi un mes "Maduro (…) se ha vuelto cada vez más errático y despótico en una lucha por la supervivencia política que, día a día".
Si existe una salida constitucional forzada por FABN sólo lo saben quienes ostenta el poder de las armas y de seguro que cuando el balance de fuego, en el papel, favorezca esa opción se producirá la cesación de Maduro como Presidente.
La profundización de la represión por parte de Cabello indica que Maduro se encuentra en la fase final de su gobierno.