El lunes, el régimen de Nicolás Maduro con Diosdado Cabello presentaron en la Casa Amarilla de Caracas a los personajes que consideran la oposición política de Venezuela. Son los mismos que se prestaron para la farsa electoral del 20 de mayo y que tienen metidos al país en la grave crisis de gobernabilidad, porque esa elección presidencial no fue reconocida por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, 14 naciones de Latinoamérica y la Unión Europea.
La periodista Ibéyise Pacheco señaló, en su cuenta de Twitter, que estos personajes son sobornados por Diosdado Cabello, Tarek el Aissami y Nicolás Maduro a través de sus testaferros Rafael Sarría, Julio Makarem, Samark López y Raúl Gorrín.
El formato de la cohabitación, entre miembros del régimen de Maduro y la oposición, facilitada por los testaferros no es nueva. En el plan del 30 de abril también actuaron. Elliott Abrams, representante especial para Venezuela del presidente de Estados Unidos, dijo ese día que existía un documento de garantías de alrededor de 15 puntos. Un acuerdo en el que habrían participado solamente los testaferros y círculo íntimo de Maduro.
Después del 30 de abril, Cabello entendió que estaba fuera de la solución de gobernabilidad para Venezuela. Sin embargo, ese día le permitió recuperar su poder de influencia en el destino del país Bolivariano. Desde julio empezó a ocupar las posiciones de mando en las Fuerzas Armadas por medio de sus compañeros de promoción de la Academia Militar. Asimismo, recuperó el dominio en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional.
Pacheco también afirma en su cuenta de Twitter que el teatro del lunes pasado "viene ensayándose desde hace unas 10 semanas [en julio]. Se han reunido semanalmente en diferentes lugares". Por lo tanto, el primer encuentro entre la seudo oposición y Cabello sucedió seis semanas después del comienzo de la iniciativa de Oslo, entre los representantes de los principales actores políticos de Venezuela.
Mientras Maduro con el diálogo de Noruega buscaba disuadir al gobierno de Trump de seguir aplicando sanciones individuales, a las empresas estatales de petróleo y minería Pdvsa y Minerven, así como al Banco Central de Venezuela; los enviados de Cabello se reunían con los Fernández (Eduardo y Pedro Pablo), Claudio Fermín, Juan Barreto, Henri Falcón, Felipe Mujica y Timoteo Zambrano para construir su seudo oposición.
El 5 de septiembre, Timoteo Zambrano –único diputado de la seudo oposición– exhortó al gobierno de Noruega a "ofrecer un balance de cuál es el estatus que tiene esa negociación y cuáles son los temas" entre el madurismo y la oposición venezolana.
Cabello sabe que la mesa nacional de diálogo debe entregar resultados para generar confianza entre los diputados de los distintos partidos que funcionan en la Asamblea Nacional y en la comunidad internacional. Por ello, los primeros «acuerdos parciales» son: el regreso de la fracción parlamentaria del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela y movimientos aliados a la AN; una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral y las garantías electorales del proceso de votación; medidas de solución de privación de libertad en los casos en los que el ordenamiento jurídico lo permita (libertad para los presos políticos); canje de petróleo por alimentos, medicinas e insumos; y, por último, el rechazo a las sanciones de Estados Unidos y la exigencia de su levantamiento inmediato.
Todas son medidas efectistas para ganar adeptos en "río revuelto". El pasado 7 de junio, Elliott Abrams declaró que "el chavismo tiene que tomar una decisión (...) regresar a la Asamblea Nacional y tomar sus curules". Y, el 21 de junio, Michelle Bachelet hizo un "llamado a Nicolás Maduro para que liberen a todos los presos políticos" en la conferencia de prensa otorgada a los medios, después de su visita a Venezuela.
La intención de Cabello es construir una mayoría que permita juramentar a Timoteo Zambrano como nuevo presidente de la AN el 5 de enero de 2020, por lo cual, deberá voltear a 27 diputados que apoyan a Juan Guaidó en su reelección presidencial en las próximas 14 semanas, porque una derrota de Guaidó el próximo 5 de enero lo dejaría sin piso político para seguir actuando como presidente interino de Venezuela. En ese momento, Estados Unidos y los 55 países que lo reconocen como tal tendrán que reconsiderar el respaldo a Guaidó, comprometiendo la única institución legítima en Venezuela.
La estrategia de Cabello para asegurar el éxito es cumplir con los acuerdos alcanzados con la seudo oposición y motivar (comprar) los votos necesarios para elegir un nuevo presidente de la AN para el período 2020-2021.
Por lo tanto, hay que salirle al paso de una manera determinante a esta nueva componenda de la organización criminal que controla el aparato del Estado venezolano. De lo contrario, la dupla Cabello-Maduro seguirá usurpando el poder. Esta vez será con una seudo oposición y un país repartido entre organizaciones criminales y terroristas.