El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela no ha terminado de validar 1 millón 850 mil firmas entregadas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para iniciar la activación del referéndum revocatorio presidencial.
El CNE ha demorado 35 días para concluir la validación de las firmas. Algo que llama la atención porque para seguir avanzando con el referéndum revocatorio sólo se requieren validar 195.720 firmas. Ayer el CNE introdujo un nuevo paso antes de finiquitar con la validación, el proceso de reclamo que consiste en la exclusión de la firma por parte del convocante (arrepentimiento por algún mecanismo de amedrentamiento: riesgo a perder el trabajo, un contrato, el acceso a la bolsa de comida, etc.).
Sin embargo, el año pasado (15 de marzo) el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, consideró que la forma de exigir la derogación del decreto emitido el 9 de marzo de 2015 por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en contra de su gobierno, "...[en el cual] declara[ba] una emergencia nacional con respecto a la amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos...", era a través de la manifestación de 10 millones de firmas. Las firmas serían entregadas a Obama en la Séptima Cumbre de las Américas a celebrarse en Panamá los días 10 y 11 de abril. Por cierto, fue el escenario escogido por Raúl Castro y Obama para reunirse por primera vez desde la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países en 1961.
El encargado para cumplir con la recolección de las firmas fue Jorge Rodríguez, alcalde del Municipio Libertador, y la validación de los 10 millones 408 mil 83 firmas (10.408.083) la realizó el Consejo Nacional Electoral. En su momento, la presidenta de CNE, Tibisay Lucena, anunció la autenticidad de más de 10 millones de firmas, así como también certificó la confiabilidad de las firmas mediante una auditoria que validó el 98,7% de los datos recolectados con un margen de error de 1,3%. Todo el proceso fue realizado en 2 días de 8 horas (16 horas en total), es decir, que la eficiencia productiva del Consejo Nacional Electoral fue de 650.505 firmas por hora, al dividir el total de las firmas entre las horas de trabajo.
Definitivamente, la motivación de las autoridades del CNE era otra. La alineación de objetivos con la presidencia de la República y la estructura del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) permitieron alcanzar el alto rendimiento. Todo el aparato partidista, como la estructura gubernamental y la de los poderes públicos se activaron para desarticular la "amenaza imperialista". Al unísono cantaban "Venezuela No Es Una Amenaza: Somos Esperanza".
Si aplicamos el índice de eficiencia productiva que el CNE mostró para la certificación de las firmas contra el decreto de Obama, el total de la validación de las firmas para el referéndum revocatorio presidencial (1.850.000) tomaría 2 horas 50 minutos, y para el 1% del padrón electoral 18 minutos, por lo que el tiempo transcurrido de 35 días ha sido utilizado para dilatar la solicitud de referéndum revocatorio.
Según el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Chuo Torrealba, el CNE "...sigue rebanando las firmas de los venezolanos, porque van a instrumentar un proceso de exclusión que no aparece en ninguna parte del reglamento [electoral], (...) porque la validación [de las firmas] significa que las personas vayan a los centros [electorales] designados para tal fin, pongan su huella en la máquina captahuella y digan si yo quiero que se active el referendo revocatorio, quien no esté de acuerdo sencillamente no va y no valida".
Este miércoles el Parlamento Europeo aprobó por 501 votos a favor y 94 en contra, pedirle al gobierno de Maduro respetar "los mecanismos legales reconocidos en la Constitución y que activen el procedimiento para revocar al presidente antes de que acabe el 2016", entre otras solicitudes así como la liberación de "los presos políticos" y la entrada de ayuda humanitaria.
Con la "operación morrocoy" por parte del gobierno de Maduro a través del CNE para evitar el referéndum revocatorio presidencial este año, demuestra una vez más la alineación de los poderes públicos, excepto la Asamblea Nacional, con la línea partidista del PSUV: "En Venezuela no se va a desarrollar un Referendo Revocatorio a Maduro, este año".
Sólo con la presión de las mayorías en la calle y de la comunidad internacional (organismos multilaterales y parlamentos) permitirán activar los mecanismos de eficiencia productiva del CNE observados cuando la solicitud proviene de Maduro o le conviene al régimen.
De lo contrario, será en el 2017 cuando suceda el referéndum revocatorio.