La reciente decisión del presidente Barack Obama de sancionar a 7 altos funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro por la violación de los derechos humanos, ante las protestas de calle el año pasado, ha generado tensión en las relaciones de Estados Unidos con los países de los bloques de UNASUR, ALBA y un poco menor en Petrocaribe.
Ante esta situación, la iniciativa de normalizar las relaciones entre las Administraciones de Obama y de Raúl Castro, el pasado 17 de diciembre, con el objeto de que los gobiernos de las Américas estuviesen integrados -sin exclusiones- pareciera que no alcanzará el objetivo.
Desde hace casi una década en la Región ha venido desarrollándose varios patrones a gran escala o megatendencias que tienen un impacto importante y permanente en la dinámica global de las Américas.
Los elementos básicos son cuatro patrones que han dejado su huella en todos los aspectos de la estructura político, económica y social de la Región.
Elecciones y Autoritarismo: la combinación de las elecciones en los distintos niveles de gobierno (nacional y regional) con la consolidación de gobiernos autoritarios acompañado de una disminución de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos.
Corrupción, una conducta social gubernamental: el aumento en la centralización de la toma de decisión en las distintas actividades del gobierno combinado con formas de control débiles, con impacto en la calidad de vida del ciudadano y la complicidad de los gobiernos latinoamericanos.
Multiplicación de estructuras multilaterales regionales: el incremento de organizaciones con áreas de acción similar ha limitado la autonomía o el ejercicio del Estado nacional.
Cambios en el negocio petrolero: en particular la expansión de la producción de petróleo en las áreas nuevas como las formaciones de lutitas con implicaciones en el precio del crudo.
Cada megatendencia ya ha ocurrido de alguna manera. Las reelecciones indefinidas de los presidentes de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, así como los períodos sucesivos en el poder de los partidos políticos en Brasil, Argentina y Uruguay.
A pesar del incremento de los precios de los commodities, la apertura y estabilidad económica de los últimos diez años, los casos de corrupción en Venezuela (PdVSA), Brasil (Petrobras, la estatal Caixa Económica Federal), México, Argentina, Nicaragua, entre otros, no han permitido que la calidad de vida de millones de ciudadanos mejore.
Según Transparencia Internacional la calificación promedio de las Américas en el Índice de percepción de la corrupción en el 2014 es de 45 puntos, que la ubica en la posición 65. Una posición que ha mantenido los últimos tres años, indicando que la corrupción es sistemática y está muy impregnada en el estado.
La conformación de bloques económicos regionales específicos como:
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC);
la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR);
la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP); y
Petrocaribe,
inhabilitan a los gobiernos de la Región -dependientes de subsidios- a ser autónomos en política exterior. Y así, ser cómplices con la situación interna de otros países -los derechos humanos universales estarían supeditados al posible beneficio económico que percibe el Gobierno de turno.
La revolución en la extracción de crudo y gas en las formaciones de esquisto ha permitido a los Estados Unidos lograr paulatinamente la independencia energética. En los últimos seis años, la extracción en estas formaciones ha incorporado 4 millones de barriles día al mercado estadunidense. El efecto es que EE.UU. se ha convertido en el productor con capacidad rodante para satisfacer su gran demanda interna (18 millones de barriles día) y por lo tanto mundial -al dejar de consumir crudos de otros países. Una situación que ha impactado en el precio del petróleo y por lo tanto en la economía de Venezuela (petroestado).
La actuación de la Administración de Obama de exponer al Gobierno de Maduro como una amenaza a la seguridad de los Estados Unidos –en la forma y no en contenido, porque no existe la intención militar de removerlo- aterra a los aliados del gobierno venezolano en la Región. Sobre todo, los señalamiento de la Agencia del departamento del Tesoro, FinCEN, de que PdVSA es el instrumento para el blanqueo de capitales por corrupción.
Las investigaciones de la FinCEN podrían conducir al hallazgo de que la estatal venezolana ha sido utilizada también, para la evasión de sanciones en el caso de Irán y en el financiamiento de grupos clasificados como terroristas, la Farc y Hezbolá. Así como, para financiar las campañas electorales de los movimientos o partidos alineados con el Foro de Sao Paulo.
Por ello, la cayapa contra de la acción de la Administración de Obama de todos los Gobiernos Latinoamericanos vinculados a "los favores" de PdVSA.
La orden ejecutiva de Obama produce entropía entre las magatendencias, con posibles cambios disruptivos en los países de la Región. Porque desenmascara a los actores de la realpolitik que quieren consolidarse en el poder, ad eternum, bajo la forma electoral y la corrupción. Conseguirlo será arduo por la complicidad de la mayoría de los Gobiernos de Latinoamérica.