La ratificación del general en jefe Vladimir Padrino López como ministro de la Defensa, junto con el pase a retiro de toda la promoción militar de Diosdado Cabello, General de Brigada Tomás Montilla 1987, asegura su liderazgo dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Hay que recordar que los últimos 3 años el presidente de la asamblea nacional constituyente le había disputado el don de mando porque varios de sus compañeros de la Academia Militar —a quienes ayudó a ascender a grados superiores por su posición dentro de las estructuras de poder del chavismo— ocupaban posiciones claves de comando dentro del Ejército.
Sin embargo, desde el pasado martes 7 de julio Padrino se convirtió otra vez en el todopoderoso dentro de la estructura militar, un apoyo que necesita en este momento el gobernante de facto para hacer frente a los tiempos difíciles que se le avecinan.
El sucesor de Chávez no podrá mantener la jefatura de la estructura chavista si su señalado testaferro, el empresario colombiano Alex Saab, es deportado desde Cabo Verde para ser juzgado en Estados Unidos por corrupción y blanqueo de capitales. Un caso parecido al que ocurrió en Perú en el año 2000, cuando Alberto Fujimori tuvo que renunciar al cargo de presidente de la República tras la divulgación de los escándalos de corrupción para ganar las elecciones, las sospechas de tráfico de armas y los sobornos a parlamentarios por parte del exasesor presidencial Vladimiro Montesinos.
Un juicio a Saab en la Corte Federal del Sur de Florida permitiría salir a la luz pública información que compromete directamente a Maduro, según la acusación estadounidense. “Saab y su socio, Álvaro Pulido, operaban un sistema de corrupción y lavado que les había permitido transferir 350 millones de dólares fuera de Venezuela a cuentas en el extranjero”.
En este contexto, un escenario muy probable es que Maduro renuncie, lo que conduciría a convocar elecciones presidenciales el mes siguiente, de acuerdo con el Artículo 233 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. “Si la falta absoluta del presidente de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo presidente, se encargará de la Presidencia de la República el vicepresidente ejecutivo”.
Es entonces cuando la figura de Padrino López toma fuerza para ocupar la vicepresidencia. Sus últimos discursos apuntan a ello. Están dirigidos al PSUV y a las bases del partido, pues hay factores políticos del mismo chavismo que no lo ven como el sucesor de Maduro. Dentro de las filas del régimen no es bien visto. Cabello ha contribuido para tal fin. Siempre lo ha percibido como una amenaza para su posición política.
Un dato para tomar en cuenta es que Maduro, antes de ratificar a Padrino como ministro de la Defensa, consideró nombrarlo vicepresidente ejecutivo. No pudo porque los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez armaron un escándalo, de acuerdo con una fuente que habló bajo condición de anonimato.
Padrino cuenta con el respaldo de Rusia y con la venia de Cuba para seguir manejando el poder militar. Dos aliados claves y la fuerza que asegura la permanencia de Maduro como gobernante de facto.
Por otro lado, el canal de televisión estadounidense CNN en Español informó que en la fallida operación cívico-militar del 30 de abril de 2019 estaban involucrados el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno; el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, y el jefe de la guardia presidencial, Iván Rafael Hernández Dala, según declaraciones de Elliott Abrams, encargado especial del gobierno de Trump para la crisis de Venezuela, y John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional. “Se comprometieron a apoyar la salida de Maduro y es tiempo de que ellos ahora, si los dejan los cubanos, cumplan con sus compromisos”.
El mismo Abrams, en el artículo de opinión “Un nuevo camino hacia la democracia venezolana”, publicado en The Wall Street Journal, asegura que Estados Unidos no apoya a ningún partido político específico en Venezuela. “Estamos a favor de que se restablezca la democracia y creemos que cada partido —incluido el del régimen, el PSUV— debe poder competir en condiciones de igualdad en elecciones libres y justas”. Y más adelante afirma: “Las fuerzas militares serán cruciales para posibilitar un cambio pacífico y definir el futuro de Venezuela”.
Una amenaza que tiene Padrino es el proceso judicial abierto en el Distrito de Columbia, Estados Unidos. Lo incriminan en hechos de conspiración, desde marzo de 2014 hasta mayo de 2019, “para distribuir cocaína a bordo de una aeronave registrada en Estados Unidos”. Además, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro lo incluyó en la Lista de Nacionales Especialmente Designados el 25 de septiembre de 2018. Así que sus activos en Estados Unidos están bloqueados y se prohíbe a cualquier ciudadano de ese país realizar transacciones financieras con él.
En conclusión, si Alex Saab es deportado a Estados Unidos y Nicolás Maduro renuncia a la Presidencia de Venezuela, Vladimir Padrino tendría la mano para sustituirlo. Ello explicaría su discurso del 5 de Julio, en el que no habló como líder de la FANB a los militares sino del PSUV a sus militantes. Tiene a su favor que, en el ámbito internacional, Rusia y Cuba lo apoyan para una reingeniería política, y Estados Unidos lo conoce. En consecuencia, el general podría ser el salvavidas del inquilino de Miraflores y su combo al negociar la nueva elección presidencial.